¿Qué es?
La glándula tiroides se encuentra en la base del cuello, justo debajo de la nuez, y es la encargada de producir hormonas para regular el ritmo cardíaco, la presión arterial, la temperatura corporal y el peso.
El cáncer de tiroides es un aumento incontrolado de células en la glándula tiroidea que acaban formando un tumor, y a la vez, alterando la propia función de la glándula pudiendo afectar a órganos vecinos o lejanos en forma de metástasis. Distinguimos varios tipos de cáncer de tiroides, donde la mayoría crecen lentamente, a pesar de ello, algunos pueden ser muy agresivos. Sin embargo, la mayoría de los cánceres de tiroides se pueden curar.
Causas
El cáncer de tiroides se da cuando las células de la glándula tiroidea desarrollan cambios en su ADN, provocando que éstas crezcan y se dividan de manera incontrolada formando un tumor. Sin embargo, no hay una causa exacta que determine el cáncer de tiroides. No obstante, hay factores que pueden aumentar el riesgo de padecerlo, como haber estado expuesto a radiación y edad avanzada.
Síntomas
Los síntomas dependen mucho del estadio en el que se encuentra el cáncer, generalmente, en su etapa inicial no manifiesta signos de alerta y a medida que va evolucionando la enfermedad, los síntomas van apareciendo. Los más comunes son:
- Un bulto o hinchazón del cuello
- Dificultad para tragar
- Cambios en la voz, lo que incluye una ronquera cada vez mayor
- Tos crónica
- Dolor en el cuello y en la garganta.
Tratamiento
Dependiendo del tipo, localización, dimensión y estadio del tumor se realizará una técnica u otra.
La cirugía normalmente es el tratamiento principal, que consiste en extirpar el tiroides por completo o una parte de él. No obstante, no siempre es necesaria una intervención quirúrgica a priori, en ocasiones es necesario hacer unas sesiones de radioterapia y/o quimioterapia para que posteriormente esté indicada la cirugía. O bien, puede administrarse quimioterapia tras la cirugía.
En Quirúrgica Balear, atendemos a cada paciente de manera personal e individualizada, analizando cada caso en un comité de tumores, formado por oncólogos, radiólogos, anatomopatologos y médicos endocrinos altamente especializados, preparados y dedicado a dicha enfermedad, tomando una decisión conjunta para cada paciente indicando el mejor tratamiento en cada caso.
En el caso de que el paciente requiera cirugía, ofrecemos dos técnicas de vanguardia, mínimamente invasivas, cirugía laparoscópica y cirugía robótica.
Recuperación postquirúrgica
El hecho de haberse sometido a una cirugía mínimamente invasiva, el paciente tendrá mayores beneficios a la hora de la recuperación, puesto que se han realizado pequeñas incisiones que reducen el riesgo de infecciones y otras complicaciones. El paciente podrá ingerir alimentos pasadas pocas horas de la intervención, y si la evolución es correcta, pasadas 24-48 horas se obtendría el alta hospitalaria.
Algunos pacientes pueden padecer algunas molestias o dolores en el cuello o alteraciones en la voz tras la cirugía, estos síntomas suelen durar poco tiempo, puesto que se debe a algún tipo de irritación y no a un daño o lesión permanente.
¿Qué pasa si no se trata?
Si no se trata el cáncer de tiroides, esto haría que la propia glándula funcionara de manera errónea generando un desequilibrio en el resto del cuerpo ( y a nivel local podría generar síntomas de compresión comprometiendo la vía respiratoria y los fenómenos de deglución) el cuerpo no funcione correctamente. Las células cancerosas podrían propagarse a otras partes del cuerpo, generando una metástasis afectando al pronóstico y posterior supervivencia.
